Muchos dicen que agosto es un mes muerto en Madrid pero en el equipo de esta revista somos de los que pensamos que tenemos la suerte de disfrutar de una ciudad que nunca duerme y que ofrece planes diversos aún estando de vacaciones. Muchos de los que os quedáis aquí lo agradeceréis. Por ello, hace apenas unos días, la prestigiosa guía Metrópoli publicó un interesante listado con veinte restaurantes que mantenían sus puertas abiertas durante el mes de agosto. En Sabormadrid nos encató la idea del artículo y aquí os extraemos los diez que más interesantes nos han parecido pero os confirmamos que hay muchos restaurantes que permanecerán abiertos durante este mes.
Rooster. En la calle Juan Bravo, 25 cuenta con un menú degustación por 40 euros. Los hermanos Alfonso y Ana Castellano y Alfonso Vega son tres viejos conocidos. Tras su paso por diferentes restaurantes madrileños (El Patio de Leo, La Terraza del Casino, Estado Puro), el año pasado se instalaron en el local que anteriormente albergara Juan Bravo 25. Se puede picar en la barra o sentarse en una de las mesas para degustar una propuesta más formal elaborada con productos de temporada.
Sergi Arola. En la calle Zurbano, 31 cuenta con un menú degustación de 105 a 135 euros. A pesar de que el famoso chef ya advirtió que abriría solo en primavera y otoño, el restaurante de Sergi Arola permanecerá abierto durante agosto. De sus platos destacamos algunos como los raviolis de pepino y langostinos de secano ahumados, el licuado de judía verde al aceite de oliva con helado de almendra tierna y cremoso de patata o liebre a la royal.
Entre suspiro y suspiro. En la calle Caños del Peral, 3. Cocina Mexicana con un precio medio de 35 euros. Un caserón de fachada rojiza junto al Teatro Real, decorado con plantas y cuadros de artistas de México. La propuesta incluye platos como la tostada sinaolense de ceviche, las quesadillas de huitlacoche con salsa verde o el cordero. Cabe destacar su amplia cartas de tequilas.
Yakitoro. En la calle Reina, 41 tiene un precio medio de 30 euros. El famoso presentador de Pesadilla en la cocina y Top Chef, el cocinero Alberto Chicote, propone en su taberna-japonesa ubicado en el barrio de Chueca una cocina basada en dos ejes fundamentales: cocina a la brasa y brochetas. En plena efervescencia mediática, Yakitoro suele estar lleno. Por eso, conviene reservar con antelación.
Ponzano. En la calle Ponzano, 12 con un precio medio de 35 euros. En barra, exquisitos torreznos, chacinas, quesos o huevos y tortillas para chuparse los dedos. En el comedor, lengua escabechada, chipirones en su tinta, chuletitas de cabrito entre otras delicias de su carta.
Los Galayos. En la calle Botoneras, 5 con un precio medio de 40 euros. Sigue cosechando éxito después de más de 120 años de historia. Cuenta con cinco comedores, dos terrazas y una barra rústica de madera (tallada a mano en el siglo XVII). La nutrida oferta destaca por su tortilla de patatas, croquetas, jamón de bellota, gambas al ajillo, buenos lomos de bacalao o de merluza o cochinillo segoviano al horno.
Celso y Manolo. En la calle Libertad, 1 con un Precio medio de 30 euros. Además de por sus impresionantes ocho metros de barra, esta taberna se ganó justa fama cuando, en tiempos de los antiguos propietarios (los hermanos Celso y Manolo, de ahí el nombre del local), se acudía a esta dirección a degustar boquerones en vinagre y tortilla de patatas. Hace ya un par de años, Carlos Zamora, artífice también de la recuperación de La Carmencita, se hizo cargo del espacio y lo reformó por completo (solo dejó intactos el suelo -de mosaico hidráulico- y el mostrador). Para comer, sabores de antaño con la gracia culinaria del siglo XXI: empanadillas de bonito, cigalitas a la sartén, chuletón de tomate de Huesca… Vinos naturales.
New York Burger. En Paseo de la Castellana, 89; General Yagüe, 5 y Recoletos, 4 con un precio medio de 15 euros. La enseña fue creada hace seis años por Óscar Colmenares, que abandonó su empleo en el sector bancario y se lanzó a la aventura como emprendedor. Hoy cuenta con tres establecimientos en el eje Castellana. Sus burgers se elaboran con carne de cebón asada en horno de carbón y están disponibles en cuatro tamaños, del pequeño de 160 gramos al gigante de medio kilo. La Clásica (lechuga, tomate, cebolla roja y pepinillos) está muy buena. También la Queens (cheddar, beicon, salsa bbq, lechuga, tomate y cebolla roja), la Bronx (cheddar, guacamole, beicon crujiente, tomate y cebolla roja) y la Little Italy (mozzarella, aceite de oliva, orégano, tomate al horno y rúcula).
Sala de Despiece. En la calle Ponzano 11 con un precio medio de 30 euros. Este modernísimo espacio, obra de Javier Bonet, que emula la sala de despiece de un matadero. Y cuida hasta el último detalle: ganchos para colgar la carne convertidos en sujeta-cubiertos, cajas de embalaje cubriendo las paredes, suelos antideslizantes y una amplia barra que parece la mesa de un carnicero. Se cuida la materia prima de temporada y las elaboraciones sencillas que potencian su sabor. Chuletón cenital de La Finca con tomate y trufa, piparritas fritas, atún rojo a la plancha con cebolla encurtida… Un must.
Taberna Arzábal. En la avenida Menéndez Pelayo, 13 con un precio medio: 30 euros. Apuesta por una cocina con ciertas dosis de vanguardia que no pierde el eco de la tradición. Sus responsables, Iván Morales y Álvaro Castellanos, la califican como «la taberna reinventada». En barra, un amplísimo repertorio de raciones (la mayoría puede solicitarse en medias): ahumados caseros, burrata aliñada, mejillón en cocotte, croquetas de ibérico, alitas de pollo de corral, sartén de huevos con trufa, ortiguillas con pimientos dulces…
La lista de restaurantes que abren en agosto no termina aquí pero os recomendamos llamar antes para confirmar que están abiertos y así podréis ir al grano y no daros el paseíto para llevarte un chasco.