Los hosteleros, esos grandes trabajadores que siempre están ahí, en la malas y en la buenas. Cuando quieres perderte entre los hielos de una copa para olvidar o cuando lo único que deseas es celebrar algo junto a tus seres más queridos, en el café de la mañana y en la última cerveza que tanto nos gusta a los madrileños antes de ir a casa. Ellos siempre están en su lugar para ofrecernos el mejor servicio.

Sin ellos Madrid no sería Madrid. La oferta gastronómica que nos ofrece la ciudad es uno de los grandes atractivos, tanto para los turistas como para los madrileños que disfrutan de la amplia variedad culinaria de la capital.

Está claro que la profesión del hostelero es una de las más sacrificadas. Los horarios interminables, los clientes pasados de copas, los quisquillosos… Sin duda estos profesionales se merecían desde hace tiempo un monumento, y ahora lo tienen. El pasado viernes, 24 de abril, se inauguró el alzamiento del primer Monumento al Hostelero.

Se trata de un gran cubo con enormes pantallas con el que los visitantes pueden interactuar. Una estructura de lo más moderna y con la última tecnología que se adapta perfectamente a los tiempos que corren y al entorno de la ciudad. El cubo da a conocer a los usuarios toda la información del sector, presenta diferentes curiosidades de Madrid y reproduce los mensajes que los ciudadanos dedican a los hosteleros.

Con este guiño se quiere demostrar la importancia que tiene la gastronomía para los madrileños. Sin duda es una seña de identidad en nuestro país. Además la sensibilidad hacia lo culinario está cada vez más extendida en la sociedad, por lo que no hay mejor momento para alzar un monumento en favor a este aclamado sector.

Este cubo se encuentra en la Plaza de Felipe II  de Madrid, y pretende convertirse en un dinámico punto de encuentro, con sorpresas y regalos para todos los ciudadanos.