A pesar de hacerse especialmente conocido por su papel como Leo Romaní en “La que se avecina”, Luis Miguel Seguí lleva más de 15 años dedicándose al mundo de la interpretación. Este actor, productor y guionista se ha ganado el cariño de miles de españoles gracias a mucho esfuerzo y dedicación.

Hemos estado charlando con el actor sobre su nueva obra “Grandes Éxitos”, si vida personal y profesional y, cómo no, sobre gastronomía.

¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo de la interpretación?

Empecé en Alicante con el Grupo Jácara, con Juan Luis Mira, haciendo obras de teatro. Desde muy joven tenía la idea de que iba a ser actor, aunque era muy tímido y no lo decía. Pensaba que se iban a reír de mí y decir que tenía pájaros en la cabeza, pero lo tenía clarísimo.  Fui un año a Estados Unidos a estudiar “COU”, y con 19 años vine a Madrid a una escuela de teatro. Cuando llegué no conocía a nadie, todo fue empezar de cero.
También estuve trabajando en Alicante en una fábrica de turrón durante tres o cuatro meses para conseguir ahorros para poder ir a Madrid y perseguir mi sueño.

Hasta que llegas a este momento en el que has presentado “Grandes Éxitos” habrás tenido tus altos y tus bajos…

Claro. Empecé en una escuela, hice todo tipo de trabajos; muchas salas, muchos bares haciendo monólogos… Tuve momentos en los que pensé que no iba a salir adelante nunca. Esto pasa hasta que alguien te ve, te ficha y empiezas una serie que resulta que es una de las más exitosas del momento. Parece que empecé ahí cuando realmente llevo mucho más trabajando. Son muchos años de hacer funciones en pequeños teatros de pueblos en los que solo venían 10 o 15 personas. En ese momento no entendía que hacía ahí, pero luego lo comprendí todo, así gané experiencia. También he ido a grandes teatros donde el espectáculo ha encantado. La vida siempre tiene partes buenas y malas, pero todo es enriquecedor.

¿Le debes mucho a “La que se avecina”?

Claro que sí. Le debo mi popularidad y la oportunidad de trabajar en una serie en la que en un principio todos creían que al venir de “Aquí no hay quien viva”, de otra cadena y esas cosas, no iba a tener éxito. De hecho tuvimos una primera temporada mala en la que incluso parecía que se iba a acabar la serie, pero a partir de la segunda temporada empezó a subir y hasta ahora. Le debo mucho y estoy muy agradecido.

“Grandes Éxitos” es una comedia sobre un cantante que pudo habernos representado en eurovisión, pero finalmente no sucedió. Nunca antes habías cantado. ¿Cómo surge?

Nunca había cantado durante una obra casi entera, solo alguna canción suelta en ciertos espectáculos, un estribillo o algo muy leve, pero me apetecía mucho cantar. Terminé el anterior espectáculo con mi ex mujer, Antonia San Juan, en noviembre, que era “Lo malo de ser perfecto”, y no tenía pensado hacer más teatro. Tengo una relación de amor-odio con el teatro. Es lo que más me gusta hacer y al mismo tiempo lo que más me desgasta. Al igual que en televisión y cine hay mucho “corta-pega” y tienes tiempo, en teatro es una toma única. O lo tienes todo medido y bajo control o te hundes. No tenía la idea de hacer más teatro, los monólogos sí me interesaban.  Surgió la oportunidad de hacer “Grandes Éxitos” y la acepté. Estuve todo febrero y marzo sin salir de casa, ensayando, con clases de canto, estudiando… y me dejé llevar. Ha sido una experiencia fantástica y creo que es el mejor espectáculo que he hecho, con el que más disfruto, además de tener la dificultad añadida de cantar.

Quería probarme a mí mismo tras acabar mi relación. Quería saber si podía poner en pie un espectáculo llevando la producción, y ahora estoy demostrando que puedo hacer las cosas por mí mismo. Estoy encantado. Está siendo muy satisfactorio y enriquecedor.

Una hora y media sobre el escenario tú solo. ¿Cómo es tu personaje?

Es muy interesante y divertido, porque se las da de que viene de hacer giras en Latinoamérica y que ahí es conocidísimo, y realmente es un fantasma. Conforme van pasando los minutos te das cuenta de que lo máximo que ha hecho es cantar en bodas, bautizos, comuniones y alguna despedida de soltera. Hace montajes fotográficos en grandes estadios, fingiendo lo que no es. Al final ese aire “fantasmilla” te crea cierta ternura y gracia.

De hecho, hay momentos en los que colaboran amigos como Mario Vaquerizo, Macarena Gómez o Dani Mateo, y se muestra la gracia del personaje. Esa tristeza del hombre que se las da de lo que no es acaba siendo tierna, tocando la fibra. Lo paso genial metiéndome en su papel.

¿Te identificas de alguna manera con tu personaje?

Pues únicamente en ciertos aspectos. El espectáculo habla de Julio Iglesias, y yo le admiro inmensamente. Tuvimos que buscar un artista que se prestara a que nuestro personaje lo parodiara en cierta forma. Mi personaje quería imitar a Julio Iglesias y su estilo de vida. Lucha por sus sueños y yo también. Es muy positivo, nunca pierde el humor y la esperanza. Su vida es un desastre continuo, pero pase lo que pase él busca la manera de venirse arriba. Como le dijo Julio Iglesias; “los que ganan en esta vida son los que resisten”, eso lo tiene grabado en la cabeza, y en eso sí me identifico.

El año pasado fue un año de cambios, tanto personales como profesionales. ¿En qué momento te encuentras? ¿Cómo afrontas esta nueva etapa?

Me siento fenomenal. Llega un momento en el que esto puede pasar en las relaciones; se apagan. Ahora mismo noto un resurgir, un renacer. Está siendo una manera de demostrar que puedo hacer las cosas por mí mismo. Este espectáculo lo está demostrando; puedo producirlo sin la ayuda que siempre teníamos el uno del otro. Personalmente estoy muy bien. Hemos tenido años de mucho trabajo, en las que hemos combinado las giras de teatro con la serie y las películas. Ha habido momentos que eran de verdadera locura, durante mucho tiempo no he tenido vacaciones, y ha llegado el momento en el que considero que es igual de importante el trabajo que el ocio y la diversión, y he decidido darle la importancia que tiene.

En este tiempo de estar más a mi aire he podido disfrutar de otras cosas que antes no me planteaba y ha sido muy enriquecedor para mí.

¿Después de ‘Grandes Éxitos’ tienes algo pensado? ¿Cómo pinta tu futuro?  

Ahora vamos a hacer la segunda temporada de Olmos y Robles en junio, y aunque la gira de “Grandes Éxitos” va a ser para el último trimestre de 2016, estamos montándola ahora. También hay un largometraje con un guion que he escrito titulado “Pata de cerdo”. Es una Roadmovie estilo “Resacón en las Vegas” o “Amor a quemarropa”, que me gustaría llevarla a cabo. El mes que viene empezamos a reunirnos con los productores para hablar del proyecto y ver si se puede poner en pie. También tengo en la cabeza un director que me encantaría que participase, pero aún no lo puedo adelantar porque no hay nada decidido. 

Respecto a la gastronomía, ¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con la comida?

Como soy de Alicante lo primero en lo que pienso es en la paella.

Todos tenemos algún plato que de pequeños nos encantaba ¿Cuál es el tuyo?

La paella, evidentemente (risas). Siempre me ha encantado.

¿Qué plato evitas?

No me gustan los quesos fuertes como el roquefort o el queso azul. Los espárragos blancos y los caracoles tampoco son mi fuerte. Lo demás me gusta casi todo.

Comida favorita:

Me gusta mucho la pasta, aunque ahora estoy haciendo una dieta que me limita mucho esta comida. Ahora me alimento básicamente de fruta y verdura.

¿Cocina o prefieres que cocinen para ti?

Me encanta cocinar. Últimamente cocino menos, pero se me da muy bien.

¿Tienes algún truco cuando cocinas?

La intuición es mi mejor truco.

¿Qué ingrediente no puede faltar en tu mesa?

Utilizo muchas especias. Orégano, limón, ajo con perejil, pimienta, aceite de oliva… no pueden faltar. En cuanto a alimentos, la fruta y la verdura son básicas.

¿Qué bebida eliges habitualmente para comer?

La cerveza, que he pensado dejar de tomarla, pero luego me he dado cuenta que me sobra la mitad durante cada comida, así que para cuatro sorbos no es necesario que la quite.

¿En qué te fijas en primer lugar para elegir un restaurante?

Es el conjunto. La calidad de la comida es fundamental, pero el servicio es muy importante y la estética también. Me gusta que las tres cosas funcionen.

¿Eres de tapas o de mesa y mantel?

Depende del momento y la situación. Las dos cosas están bien. Una cena romántica es mejor en mesa y mantel y para una charla con los amigos prefiero tapas.

Dulce o salado:

Salado.

Comida rápida o lenta:

Lenta. No soy de comida rápida.

Si tuvieras que elaborar un menú perfecto, ¿Qué plato no podría faltar?

La ensalada y el pescado.

Un restaurante para disfrutar en Madrid:

Bazaar, La Gloria de Montera, La Finca de Susana…

Por último, recomiéndanos un rincón de Madrid para perdernos:

Hay un sitio que me encanta, y le tengo especial cariño; es el restaurante del Thyssen que solo se abre en verano. Estás en una terraza cenando, y si es una noche de luna llena se convierte en un momento muy especial.