
Pertenece por partida doble a una importante saga de cómicos, actores y músicos. Es hija del conocido actor cómico Antonio Ozores y de la actriz Elisa Montés. Emma Ozores desde pequeña quería ser actriz, y así ha sido. Polifacética como pocos, a lo largo de su carrera ha participado en musicales, series, películas o teatro, aunque se decanta por personajes cómicos.
Hemos estado charlando con la actriz una manera distendida sobre su nueva obra, ‘Papá Noel es una mierda’, sus proyectos y de gastronomía.
Después de tantos años unida al mundo del arte y el espectáculo ¿En qué momento te encuentras actualmente?
Me encuentro en el momento de arranque, de comienzo, de empezar de nuevo. La vida es un constante reinventarse, especialmente en este oficio en el que siempre estás aprendiendo, siempre te estás examinando y viendo si tu trabajo agrada a la gente, que es lo que uno desea siempre.
Hemos revisado toda tu filmografía. Más de 15 películas, otras tantas series, algunos formatos televisivos, y ahora el teatro. ¿Con cuál te quedas?
Me suelo quedar siempre con lo último porque es a lo que más cariño le cojo. Como ahora estoy haciendo teatro es lo que más me gusta. Me gusta ver la reacción del público yo misma, que se rían cuando lo pasan bien y yo pueda escucharlo. Me gusta ver que está pasando en directo, me parece muy bonito. También me pone las pilas, porque tengo que intentar ser muy eficaz para que todo salga sin fallos. Trabajar con los Goliardo está resultando increíble, ha sido un regalo.
De tu paso por televisión, que al final es el medio más masivo junto con el cine, nos han quedado series y programas que han marcado toda una época como Un, dos, tres…, la casa de los líos, Farmacia de Guardia… Desde 2011 No has vuelto a tener ninguna participación en el formato televisivo. ¿Algo a la vista?
Nada de momento, pero no estoy cerrada a nada.
Hablando de televisión, ¿Cómo ves su contenido actual?
Pues no tengo tele. No tenía tiempo de verla, luego se estropeó y no tenía tiempo para llamar al técnico y que la arreglase… total que como al final no tengo tele, me entero de todo por mis amigos, que me van informando de todo lo que pasa en el mundo. Yo sé que la tengo que tener, porque a veces salgo en programas, o me hacen entrevistas y me gustaría verlo, pero la realidad es que no la uso normalmente.
¿Qué debe tener una propuesta de televisión para captar tu atención y querer participar?
Por ejemplo si los actores que participan me gustan es algo muy importante, el guion también debe ser bueno, un proyecto que me enamore, que me guste también el director… Puede que con que solo me guste una de las anteriores sea suficiente para que me decida.
Es muy difícil mencionar el apellido Ozores sin recordar a tu padre. En más de una ocasión has afirmado que es muy difícil vivir sin él, aunque casi han pasado cinco años desde que no está. ¿Cómo era vivir con el gran Antonio Ozores?
Era divertidísimo, exactamente igual que como lo veías en las películas o entrevistas. De buen carácter, siempre gastando bromas, con gran sentido del humor, nunca se enfadaba, muy inteligente… Tenía una de esas filosofías de vida que te hace aprender de cada momento. En resumen, era un señor perfecto y genial.
Siempre se recuerda y se habla de tu padre, pero ¿y tu madre?
Mi madre está estupendamente, lo que pasa es que mi padre ha sido más conocido, pero mi madre está genial. Es verdad que yo siempre iba con mi padre a los estrenos y muchas más actividades, pero la relación con mi madre es bastante buena.
¿Pesan tus apellidos, tanto por tu padre como por tu madre?
Que va, nunca me han pesado. Estoy muy orgullosa de formar parte de esta familia. Nunca me lo había planteado. En todos mis años en la profesión nunca he sentido la responsabilidad, sino el cariño y orgullo hacia mi familia.
Hablando de familia, los Ozores han sido los grandes olvidados por la crítica, pero valorados por el público. ¿No crees que sea una incongruencia que, por ejemplo, tu padre nunca haya recibido el Goya honorífico? ¿Deberían guardar cierta sintonía la crítica y el público?
La verdad es que sí. Es una pena que a la cuestión del humor no se le de la importancia que realmente tiene, porque no es fácil hacer reír a la gente. Una vez mi padre me dijo que Charlotte recibió un Oscar, pero fue por toda su trayectoria y ya cuando era muy mayor, así que imagínate. De todas formas yo creo que es más bonito el premio del público, que te vean actuar y les gustes.
Muchos consideran a tu familia la fundadora del humor absurdo. ¿Qué importancia le das al sentido del humor?
Es muy importante, porque los momentos malos son menos malos, y los buenos son todavía mejores, así que creo que es fundamental aplicarlo en todo.
Cambiando de tercio, eres una persona muy sensibilizada, te hemos visto comprometida con temas sociales, animales… ¿Qué opinión te merece el momento que atraviesa el mundo, y en concreto España?
Parece un momento de cambio. De política sé poco, pero espero que todo lo que venga sea para bien. Yo lo que quiero es que la humanidad vaya mejor, y confío que así sea.
Actualmente estás aquí en Madrid con Papá Noel es una mierda. Se plantea como una comedia violenta que pone en cuestión temas de la sociedad como la maternidad, la familia, la navidad, la transexualidad. ¿Es una invitación a que reflexionemos en estos momentos de catarsis social y política?
Antes pensaba que no, pero ahora que lo pienso, quizás un poco. Cada personaje va a lo suyo, y eso a veces es un poco real también.
¿Cuál es tu papel en Papa Noel es una mierda? Y ¿Qué valores tuyos refleja el personaje?
Mi personaje es una persona que trabaja en el ‘teléfono de la esperanza’, atendiendo llamadas muy curiosas de gente que cuenta los problemas que tiene, creando situaciones cómicas. La obra se ambienta en la noche de fin de año, que por norma general, nunca se deja entrar a nadie en la oficina, pero en esta ocasión van una serie de personas por diversas circunstancias y se arman unos líos tremendos porque todos los personajes son muy peculiares.
En cuanto a la otra pregunta, no me identifico mucho con el personaje, no me veo ningún parecido. Yo también estoy un poco loca, ¡pero no tanto! (entre risas)
Dame una razón para ir a ver la obra.
La principal razón es pasarlo bien, y además ver algo diferente a la clásica comedia. Todo está muy cuidado y hemos ensayado mucho para que cada personaje esté impecable. Hemos trabajado y puesto mucho cariño, que creo que es fundamental para que las cosas salgan bien. Personalmente la obra me ha hecho recuperar la ilusión.
¿Después de Papá Noel es una mierda tienes algo pensado?
Estoy también con El último que apague la luz, una obra que escribió y dirigió mi padre y estrenaremos en el Teatro Anaya el 18 de enero hasta el 10 de febrero, y luego iremos a Castellón.
Respecto a la gastronomía, ¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con la comida?
Mi padre, que me guisaba siempre muy bien y de colores. Ponía colorantes, y a veces comía huevos fritos azules, arroz rojo… Era divertidísimo.
Todos tenemos algún plato que de pequeños nos encantaba ¿Cuál es el tuyo?
Arroz con plátano frito.
¿Qué plato evitas?
No me gusta la carne.
Comida favorita:
Las verduras.
¿Cocinas o prefieres que cocinen para ti?
Desgraciadamente cocino muy mal, así que prefiero que lo hagan por mí.
¿Tienes algún truco cuando cocinas?
Que va, si cuando cocino lo tengo que tirar (entre risas).
¿Qué ingrediente no puede faltar en tu mesa?
El aceite de oliva.
¿Qué bebida eliges habitualmente para comer?
Me encanta el agua, soy ‘aguadicta’.
¿En qué te fijas en primer lugar para elegir un restaurante?
En que se coma bien y de forma tranquila.
¿Eres de tapas o de mesa y mantel?
Me gusta comer, así que de mesa y mantel.
Dulce o salado:
Comida rápida o lenta:
Rápida casi siempre.
¿A qué tipo de comida rápida recurres?
Hamburguesas veganas.
Si tuvieras que elaborar un menú perfecto, ¿Qué plato no podría faltar?
Un postre.
Un restaurante para disfrutar en Madrid:
La Doña.
Por último, recomiéndanos un rincón de Madrid para perdernos:
Me entusiasma el centro, el Madrid antiguo.