Ya se sabe, como dice nuestro refranero español, que “con jamón y buen vino se anda el camino”. El jamón serrano es uno de los alimentos más característicos y valiosos de la gastronomía española, uno de esos platos estrella que no faltan en ninguna mesa cuando se trata de celebrar. Pero además todos aquellos amantes de este producto ibérico están de suerte, ya que posee múltiples  propiedades beneficiosas para la salud.

Hasta ahora se pensaba que el jamón serrano contenía un alto nivel de grasa y por tanto tenía que ser excluido de las dietas hipocalóricas, así mismo siempre se ha dicho que elevaba los niveles de colesterol y de tensión arterial. En cambio, un nuevo estudio realizado en el Hospital Ramón Y Cajal de Madrid ha conseguido acabar con estos tres mitos. Y lo más importante es que se ha demostrado que esta parte del cerdo mejora el endotelio, un tejido que recubre la zona interna de todos los vasos sanguíneos, incluido el corazón.

La investigación dirigida por el Dr. José Sebán se ha llevado a cabo por primera vez a nivel mundial con dos estudios independientes sobre los efectos vasculares de dos tipos de jamones ibéricos. Aunque ambos tipos de jamón mostraron una mejora de la función endotelial, dicha mejora fue superior en el caso del jamón de bellota, lo cuál sería explicable por su mayor contenido en unos compuestos denominados polifenoles, potentes antioxidantes y antiinflamatorios a nivel vascular.

Por tanto el consumo de jamón serrano no solo no es perjudicial, sino que es favorable para la salud por su gran aportación de hierro, vitaminas y minerales esenciales en el organismo. Además, lejos de la idea de que no es un alimento saludable para el sistema cardiovascular, se ha demostrado que es todo lo contrario. De hecho es tan bueno como los pescados azules, las nueces o el aceite de oliva. No obstante siempre es recomendable comerlo de forma moderada, ya que no deja de ser un embutido con altos contenidos en grasas saturadas y sal que puede tener contraindicaciones en enfermos hipertensos.