En los últimos años ha irrumpido con fuerza en España una nueva forma de disfrutar de una jornada diferente en compañía de amigos o familia. Se trata de un nuevo concepto donde gastronomía y ocio se entremezclan en uno de los lugares más tradicionales de una ciudad adaptado, ahora, a los nuevos tiempos: los mercados gastronómicos. La moda de los mercados de comida ya se lleva extendiendo desde hace años en Europa y poder pasear por sus pequeños puestos de fruta, pescado o especias y, al mismo tiempo, pedir que nos preparen un exquisito plato en apenas cinco minutos se ha convertido en una exitosa fórmula de negocio.

Aunque ya desde hace tiempo Galicia o La Boquería en Barcelona han sido pioneras en este tipo de concepto de restauración (ya en las lonjas de pescado gallegas se ofrecía la posibilidad de probar el marisco recién recogido del mar potenciando así las propiedades de su sabor), ha sido Madrid quien le ha dado un impulso definitivo en los último años. Y es en la capital española donde el Mercado de San Miguel cobra protagonismo propio, acogiendo a propios y extraños de cualquier parte del mundo que ya no conciben visitar Gran Vía o la Plaza Mayor sin disfrutar, luego, de los sabores más tradicionales del mercado madrileño.

Situado en pleno centro, esta construcción de hierro ha resistido al paso del tiempo para, ahora, convertirse en un moderno establecimiento compuesto de 33 puestos gastronómicos que ofrecen una gran variedad de opciones al paladar y donde además se puede hacer la compra, disfrutar una exposición de arte o simplemente perderse entre sus pasillos disfrutando de la mezcla de aromas que rezuman de sus fogones. Su amplio horario comercial permite hacer una parada en el camino a media mañana para almorzar o celebrar una final de jornada con los productos más frescos y elaborados en este mercado de comida.
Generalmente es tal la expectación previa que cuando entramos por primera vez nos volvemos ansiosos y queremos probar de todo. Por eso es recomendable, primero, dar un paseo ( o dos si fuera necesario), por todo el recinto para observar las especialidades y precios. Puedes gastarte lo que quieras porque encontrarás opciones para todos los bolsillos: desde el que solo quiere tapear por menos de diez euros hasta los que no dudan en darse todo un homenaje con el mejor marisco.
También es importante no desesperarse porque cada vez son más los turistas que visitan el mercado con lo que te toparás con curiosos y clientes al mismo tiempo. Una vez que hayas decidido qué lugares probar, ordénalos con un sentido gastronómico lógico. Lo ideal sería primero disfrutar de algunas tapas más ligeras para luego ir saboreando, poco a poco, de elaboraciones más trabajas. Otro consejo es que junto con las degustaciones, pruebes vinos de diferentes Denominaciones de Origen o añadas. Así la experiencia insuperable.
De aquel proyecto que comenzó a levantarse a comienzos del siglo XX al nuevo diseño del Mercado de San Miguel, miles han sido las anécdotas que se han originado en su interior. Por sus stands han pasado desde celebridades hasta actores de talla internacional, escritores, políticos o deportistas. Nadie se resiste a su encanto cultural y gastronómico. Una oportunidad más de disfrutar de Madrid desde otra perspectiva.