En los tiempos que corren no es fácil poder decir que un restaurante ha vistocuatro generaciones merodear entre sus mesas. Ni tampoco que después de todo ese tiempo la esencia de la gastronomía y la calidad que ofrecen es la misma. Quizás, precisamente por eso, es uno de los tres únicos restaurantes que  ostentan la Q de calidad del Instituto para la Calidad Turística Española.

Encontrar el punto medio entre no perder su esencia y renovarse. Eso es lo que ha hecho el bar restaurante Manolo, que ayer celebró por todo lo alto su reinauguración. Con algunos cambios en su decoración como el hierro envejecido que adorna la barra del primer salón, o su carta, que ahora incluye vermú de grifo y medias raciones, volvía a abrir las puertas al público con un claro mensaje: “seguimos estando aquí  y hacemos lo mismo que hace 80 años”.

Estudiantes, importantes personalidades de la política como Fraga, caras y guiones inolvidables en el cine español como Luis Berlanga y Manuel Alexandre o plumas tan esplendidas como la de Antonio Gala adornan las paredes de este restaurante con cariñosas dedicatorias.

Como dijo el escritor y economista José Luis Sampedro, una vez que uno prueba sus platos regresa seguro “Si ‘Manolo’, el gran ‘Manolo’ no estuviera en Madrid, yo me moriría de inanición. Afortunadamente ya aprendí el camino cuando vivía por este barrio y ahora vuelvo desde todo lo lejos que haga falta”.

Entre sus famosas bravas, las indispensables raciones ensaladilla y morcilla, los clásicos callos y un veraniego salmorejo entre otras tapas, el local del barrio de Argüelles dejaba claro que sigue siendo el mismo.

El secreto, como comentaba José Ramón Rodríguez, que encarna la tercera generación de propietarios, es conservar la buena cocina tradicional, la del día a día, basada en la calidad de las materias primas. No se trata de ninguna creación de vanguardia, sino que se mantiene “la cocina de fogón y cazuela heredada de nuestras abuelas y bisabuelas” que además aprovecha la diversidad y cultura de la cocina española.

Pero aparte, se trata de mantener el ambiente amistoso y familiar del bar, y sobre todo, la cercanía y mimo del servicio con los comensales. Lo importante es hacerles disfrutar: “uno puede tener oro molido en la cocina, pero hay que saber hacerlo agradable”.

En tiempos difíciles, cuando todo parece ser negatividad, en Manolo tienen claro que “en las crisis es cuando hay que relanzarse” y es que “no hay que trasmitir tristeza porque genera más tristeza”.

Lo esencial para este bar restaurante es confiar “en el proyecto, creer en la idea”. Con esta fórmula, que lleva triunfando en Princesa 83 desde principios del siglo XX, su cocina sigue agasajando a día de hoy a sus visitantes, contando, eso sí, con la fidelidad de su equipo y la lealtad de los que ya han probado sus recetas.

Calle de la Princesa, 83. 28008 – Madrid.
Teléfono 91 544 12 22
Email1934@manolorestaurante.com
Página web www.manolorestaurante.com/