Cuando se habla de Eneko Atxa, se suele comenzar hablando del joven talento que se ha convertido en una de las estrellas de la cocina española. Pero quizás, el chef vasco, pueda presentarse de otro modo.

Sus excentricidades gastronómicas a las que aplica las últimas técnicas culinarias le han llevado al Olimpo de los cocineros 3 estrellas Michelín. En un periodo de tiempo casi record, ha hecho del Azurmendi un restaurante internacionalmente conocido, en el que  desarrolla su “cocina de raíz evolutiva” a la vez que sorprende y divierte a los afortunados comensales.

El discípulo de dos de los grandes como Martín Berasategui y Andoni Luis Aduriz, consigue trasmitir la inmensa cultura gastronómica del País Vasco en forma de sabores y texturas casi imposibles.
La atracción por la cocina le cautivó desde bien joven, por lo que pronto comenzó cursó sus estudios de hostelería en la Escuela de Leioa, tras la cual tuvo la oportunidad de aprender de los dos grandes maestros.
Después de un periodo como jefe de cocina en los restaurantes Etxabarri y Andra Mari, Eneko Atxa se lanzó a por su proyecto personal: Azurmendi. Situado en Larrabetzu (Vizcaya), a escasos 15 km de Bilbao,  es un cubo de cristal, piedra, hierro  y madera que alberga la cocina de ensueño de una persona inquieta que combate por seguir creando e innovando entre fogones.