El pastelero por excelencia o uno de los mejores maestros chocolateros. Cuando se habla de Paco Torreblanca es imposible no pensar en dulce.

Aunque la pastelería creativa es un campo muy reciente, él lleva más de 20 años peleando y triunfando en él. A pesar de ser nieto de panaderos fue otro factor, el azar, el que le llevó a estudiar en Francia y a conocer una cocina mucho más evolucionada en sus bases, con un concepto que iba más allá del comer.

A raíz de ahí, de conocer y probar los productos franceses y redescubrir otros mediterráneos como el aceite de oliva y la almendra, comenzó a andar su propio camino. Paso a paso fue construyendo una técnica personal, partiendo del conocimiento del producto se dedicó a investigar nuevas formas, texturas y sabores. Su trabajo llamó la atención de grandes creadores del panorama gastronómico como Albert Adrià.

Aún así sigue manteniendo su lema “la cabeza en el cielo y los pies en el suelo”, porque aunque es bueno fantasear y soñar como cuando se es niño, es necesario no perder el norte, el mantener siempre quiénes somos.

Hoy en día ha llegado a convertirse en todo un maestro del mundo del dulce, en concreto, del chocolate. Eso sí, a pesar de recalar la importancia de los productos naturales, de los sabores tradicionales y del sello personal “hecho en casa” aboga por evolucionar el concepto del artesano hasta llegar al artesano mecanizado. Es decir, si hay una maquina que facilita el trabajo hay que utilizarla.

Hoy, después de haberlo ganado prácticamente todo, y después de ser considerado como el “Mejor Maestro Artesano de Europa”, o haber ganado a nivel internacional el “Gran Premio de Jurado Internacional de Piezas Artísticas de Occitana” sigue trabajando por aportar ideas a un mundo de ensueño como es la repostería.

No podía ser menos, así que se une a la moda de la cocina en televisión. De hecho, ayer mismo se estrenó el programa que dirige en Cuatro, “Deja sitio para el postre”, con el que seguro que hará las delicias de más de un espectador que, de momento, ayer tuvo un “ataque de azúcar”