«Madrid es no tener nada y tenerlo todo». Tenía razón Ramón Gómez de la Serna. Llega el calor y la ciudad parece convertirse en un infierno. Los desafortunados, que en esta época del año nos quedamos aquí, tenemos que sufrir las altas temperaturas y aguantar estoicamente los mensajes, comentarios y fotos de los que sí han conseguido escaparse.

Pero efectivamente, Madrid también es tenerlo todo. Aunque no haya playa, tenemos diversas opciones para refrescarnos en plena naturaleza. No es un viaje a la costa, pero ofrece un sinfín de parajes donde disfrutar del verano a un precio muy asequible.

¿Quién dijo que el río Manzanares no es un lugar apto para el baño?La Presilla de Canencia, situada a un par de kilómetros del pueblo que le da nombre, se encuentra en la cuenca alta del Manzanares. Las zonas de hierba acondicionadas hacen de este lugar un sitio excepcional para disfrutar de un día de sol y baño.

Una de las excepciones a esta creencia es la Charca Verde. Se trata de una poza de agua natural que, en referencia a su nombre, mantiene un color verde esmeralda que le caracteriza. A través de rocas graníticas recorre las orillas del Manzanares dando lugar a la formación de cascadas, remansos, saltos y como no, pozas.

Flanqueada por pinos, robledales, encinares y fresnadas, las pozas de Las Dehesas, en Cercedilla, se encuentran en un entorno envidiable. Con la Sierra de Guadarrama en el horizonte y el Pinar de las Dehesas bajo sus pies ofrece un paisaje espectacular. Lo único que saca de esa ensoñación al visitante es la temperatura del agua, que inmune a cualquier situación atmosférica, se mantiene gélida todo el año.

La Isla de Rascafría es otro de los emplazamientos que hace honor a su nombre. El agua cristalina en el que zambullirse promete hacer olvidar a cualquier ciudadano de a pie el calor de la capital. Además, las enormes praderas que la rodean facilitan la comodidad del usuario.  Igualmente, allí se encuentra la posibilidad de disfrutar de un paisaje todavía más natural si cabe: la Cascada del Purgatorio.Escondida entre pinos, fresnos y robles es uno de los pequeños edenes que Madrid guarda entre sus montañas.

Una de las desventajas a la hora de elegir entre estas opciones es lo concurridos que suelen estar.

En fin, hay una infinidad de lugares en Madrid que aportan su granito de arena para pasar la época estival disfrutando de lo mejor del centro, eso sí, sin perder los momentos de chapuzones, naturaleza y relajación  tan propios de esta época del año.