La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, y no basta con el uso de cremas protectoras o hidratantes para su cuidado. Es más que evidente el importante papel de la ingesta de ciertos alimentos para el cuidado de una piel sana. De hecho, en sus distintos estratos, la piel tiene grupos de antioxidantes protectores, tanto enzimáticos (superóxido dismutasa, glutatión peroxidasa y catalasa) como no enzimáticos (vitaminas E y C, beta-caroteno, luteína, licopeno, etc.). Por esta razón es necesario que seleccionemos productos que incluyan antioxidantes y nutrientes que procuren lograr una piel sana.

A continuación vamos a recopilar algunos alimentos muy recurrentes en la dieta cotidiana que son el mejor apoyo para lograr una piel – y con ella, pelo y uñas-, saludable todo el año.

El primero que debe mencionarse es el agua. La hidratación del cuerpo humano se refleja en el brillo, la suavidad de la piel y en el cabello. Cuando las células están bien hidratadas se retrasa la aparición de líneas de expresión, y su consumo ayuda a eliminar toxinas que pueden generar desde piel opaca hasta celulitis y acné. Por tanto, ayuda a cuidar estéticamente todo nuestro cuerpo, pues contribuye a depurar el organismo.

Igual de importante, aunque se debe consumir con moderación, es el aceite de oliva. La piel necesita vitaminas K, E y ácidos grasos para estar protegida y regenerarse. El aceite se convierte en una alternativa excepcional para la lucha contra el envejecimiento prematuro del cutis, permitiendo que mantenga una apariencia suave y elástica.

También necesita vitamina C y antioxidantes para protegerse de los agentes externos y evitar el envejecimiento prematuro, y la fruta es ideal para mantenerla radiante.  Los cítricos como la naranja, el limón y el pomelo no deben faltar en tu dieta diaria. Los antioxidantes de la fruta mantienen la piel clara y libre de acné. Además, La naturaleza es muy sabia, y en los lugares donde el sol es más intenso crecen las frutas más ricas en vitamina C y antioxidantes. Las tropicales son más beneficiosas que el resto, como la guayaba, la papaya y el mango. La vitamina C colabora para que el cuerpo produzca colágeno, componente que ayuda a mantener la tez firme y elástica. Todas estas frutas son muy ricas en agua lo que les hace ser perfectas para zumos, pero sus propiedades se potencian si se consumen a trozos. Además, merece especial mención el aguacate, por su alta concentración de vitaminas C y E y fuente de Omega 3.

Los vegetales con hojas verdes como la espinaca o el brócoli también ayudan a la desintoxicación, deshaciéndote de impurezas causas por las toxinas del cuerpo. Además, estas verduras son ricas en luteína, que estimula la hidratación y la elasticidad. La vitamina C que contienen los vegetales produce colágeno, mientras que la vitamina E protege las membranas celulares de la piel y la defiende contra el daño por la radiación de rayos UVA.

El beta-caroteno, antioxidante que se transforma en vitamina A en nuestro organismo, ayuda a reparar tejidos y protege de los rayos dañinos. Está presente en las zanahorias, calabaza y en las verduras de hoja verde como las espinacas o la lechuga, y actúa como una importante acción antioxidante. De la zanahoria suele decirse que ayuda a broncear la piel y que es buena para la vista, pero más allá de estos efectos, también fortalece las uñas y el cabello, al que aporta brillo.

Las sardinas, salmón, anchoas o el atún son fuentes de Omega 3, que ayudan a mantenernos hidratados y aportan elasticidad, previniendo arrugas, celulitis y dando brillo al cabello. A pesar del cuidado que debemos tener con los pescados azules, sus beneficios superan los riesgos. Es más favorable optar por los pequeños, como las anchoas, el verdel o el chicharro. Sus nutrientes también pueden ayudar a aliviar la inflamación, pero para lograr estos efectos es imprescindible evitar las frituras y optar por preparaciones ligeras.

Los frutos secos son una de las mejores fuentes alimenticias de vitamina E, que nutre la piel y la protege del sol, reduciendo la oxidación celular. Además, aportan ácidos grasos que previenen las manchas, el envejecimiento y dan flexibilidad.  Al ser unos alimentos tan densos en nutrientes y en energía, un puñado al día es suficiente para proveerse de sus beneficios de manera equilibrada.

El selenio es otro antioxidante básico y se encuentra en cereales integrales, es decir, aquellos que conservan su corteza, como la avena, el arroz o el trigo. Promueve la elasticidad de la piel y la protege contra los daños medioambientales.

 

Los huevos contienen mucho azufre, mineral fundamental para sintetizar la queratina y beneficiar el estado del pelo. También tiene acción anti-grasa y muchos antioxidantes como vitaminas B y E, que se absorben de manera sencilla por el cuerpo y desacelera el envejecimiento.  

 

Para terminar, el té verde también tiene alto contenido de antioxidantes y flavonoides, sustancias que tienen gran cantidad de vitamina C y propiedades antiinflamatorias, que previenen arrugas y hacen que la piel esté más sana.