El desayuno, los primeros alimentos de la mañana que nos dan la energía para empezar a funcionar en el día. El desayuno debe ser equilibrado y marcar el camino de la alimentación de todo el día.
Todas las comidas son importantes pero empezar con buen pie es necesario para que nuestro organismo se active y se llene de los nutrientes adecuados. El desayuno debe tener entorno a un 20-25% del total de las calorías diarias.
Hay que evitar las grasas saturadas de la bollería industrial y las galletas con alto nivel de azucares. Este tipo de alimentos provoca una ingesta muy alta de hidratos de carbono en forma de azúcares, que provocan una dependencia alimenticia por sus altos contenidos en azúcares y sus componentes.
Después de dormir, el cuerpo necesita hidratación, es una de las premisas fundamentales del desayuno, hidratar al cuerpo. Agua, zumos de frutas sin azucares añadidos y leche, ayudan al cuerpo a recuperar los líquidos perdidos durante la noche. Es recomendable empezar el día con un vaso de agua para activar el organismo.
Lo ideal es incluir en el desayuno, cereales, ya sea en forma de pan integral, muesli, alguna galleta… Frutas o verduras, tomates, kiwis, fresas… Productos lácteos como la leche o el yogur, bien de proteína animal o vegetal como la soja. Se pueden incluir también complementando el desayuno, frutos secos, o embutidos con baja cantidad de grasas como el pavo o jamón york.
Lo ideal cada mañana es mezclar parte de estos alimentos de tal forma que variemos el desayuno todos los días y aportemos vitaminas, minerales y fibra a nuestro organismo para empezar el día con energía y equilibrio.
Os dejamos algunos ejemplos de desayunos saludables:
- Un vaso de zumo de naranja, un yogurt natural con cereales, muesli y frutos secos.
- Mini bocadillo de tomate, con queso fresco y pavo acompañado de un vaso de leche o un café con leche.
- Zumo de piña, con barrita integral con aceite de oliva y tomate. Vaso de leche con cereales.
- Verduras a la plancha con pan integral y yogurt con frutas naturales.
- Melón con jamón, leche con achicoria y cereales integrales con frutos rojos.
- Un desayuno más fuerte pero también equilibrado, una pieza de fruta, huevos revueltos, zumos natural y café con leche o leche.