No hay verano sin helados, los más golosos llevan todo el año esperando a que llegue el momento de poder tomarse un buen helado vacacional. Está claro que es uno de los grandes atractivos de esta época. Terminar una comida y decir «ahora un heladito» es una de las frases más comunes cuando el calor comienza a apretar.

Pero hay que tener cuidado de no sobrepasarse si se quiere mantener la Operación Bikini a raya. Tomarse un dulce de vez en cuando está bien, pero hay quién aprovecha  para comerse uno después de cada comida. Además de que no es beneficioso para la salud, puede crear verdaderos desastres en la dieta.

Este postre que tanto nos gusta no tiene porque estar considerado como un pecado capital, al contrario, si se consume de forma adecuada y teniendo en cuenta algunos tips puede resultar incluso favorable para el organismo. Hay que dejar las excusas aparte, deshacernos del tópico de que en verano es imposible mantener el tipo y comenzar a sacar partido de todos los alimentos que nos brinda esta estación. Además de saber elegir los helados más sanos hay que tener en cuenta otros consejos.

Los helados naturales caseros a base de frutas son una de nuestras opciones favoritas si se quiere cuidar la salud y la línea. Como el de fresa, que es tan sencillo como mezclar fresas trituradas, yogur o nata montada y azúcar y poner la mezcla a enfriar en el congelador. Otra variedad perfecta para los más pequeños de la casa son los polos de zumo de frutas; tan solo hay que verter el zumo en un recipiente, ponerle un palo y dejar que se congele. El jugo se puede comprar o hacer también en casa, para que sea mucho más sano. Seguro que consigues que los niños coman frutas que antes ni mirarían.

Los más perezosos deben saber que en Madrid hay muchas heladerías que ofrecen un producto totalmente natural y elaborado de forma artesanal.  Es importante cerciorarse de ello, ya que los dulces que ofrecen en estos rincones madrileños son mucho más saludables y no producen destrozos en nuestro régimen. SIENNA, es una de las heladerías más recomendadas y famosas de la capital, se encuentra en la calle Narváez, 62.

A veces el tamaño sí importa, y en este caso importa y mucho, hay que intentar consumir helado en pequeñas cantidades. Un dulce no amarga a nadie, pero siempre con moderación. Casi todas las marcas de helados han sacado sus versiones en miniatura. Y no es de extrañar porque antes eran porciones para cuatro personas. Se trata de quitarnos el gusanillo y no tener que rechazar a un sabroso bocado, no de consumir por dos.

Por último es recomendable tener muy en cuenta las horas en las que nos concedemos el capricho. Lo más típico es ingerirlo tras alguna de las comidas o por la noche dando un paseíto de verano; en cambio  esa es la peor hora para cometer el delito, lo mejor es deleitarse a media mañana o por la tarde.