Desde hace años expertos en nutrición y alimentación han reivindicado las ventajas de la dieta mediterránea y sus efectos beneficiosos en nuestra salud.
El último de los estudios que avala sus bondades para nuestro organismo llega de la mano de por la investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, Marina Pollán, que ha concluido que una alimentación basada en la dieta mediterránea reduce un 30% el riesgo de cáncer de mama.
 
La investigación en la que se ha estudiado el comportamiento alimenticio de más de 2.000 mujeres ha concluido que el consumo de alimentos típicos de la dieta mediterránea, como pescado, vegetales, legumbres, frutas y aceite de oliva, muestra “un claro efecto protector” ante los tumores triple-negativos, de mayor agresividad y para los que por el momento no existe un tratamiento quimiopreventivo. Entre ellos, se hace especial hincapié en el pescado, también recomendado generalmente por su contenido en ácidos grasos omega 3, que previenen problemas de corazón.
El estudio que ha sido, financiado por la Asociación Española contra el Cáncer (aecc) desde 2006 con 300.000 euros y desarrollado dentro del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), ha sido además publicado en la revista científica British Journal of Cancer.