Sabrosos y crujientes, los churros son perfectos para disfrutar de una buena taza de chocolate fuerte y espeso. Su origen se remonta a las expediciones de Europa entre los siglos XIV y XVI, cuando llegó desde el lejano Oriente la costumbre de freír la masa de harina en aceite. No se sabe a ciencia cierta si Marco Polo los trajo desde China en 1269 para ser introducidos más tarde por la cocina sefardí mediante la técnica de masas fritas, o fueron las posteriores expediciones de Portugal a China en 1513 quienes los llevaron a la Península.

Lo que es un hecho es que los portugueses incorporaron el azúcar y les dieron la tradicional forma de estrella. Una vez arraigados en la costumbre española, conquistadores de nuestro país y de nuestros vecinos lusos llevaron los churros a Sudamérica, y trajeron chocolate, complemento perfecto para mojar la masa frita.

Se dice que el nombre proviene de la costumbre que tenían los pastores españoles de vigilar sus rebaños de ovejas churras, que tienen cuernos parecidos a este manjar, y acabaron llamándolos así. Se piensa que la ingesta de esta masa de harina, azúcar, agua y sal fue creciendo hasta ser altamente popular debido a su bajo coste.

Adoptando diversas formas, como la de lazo o como palos, también denominados chiribiquis, no deben confundirse con porras, que son de composición parecida pero estas tienen además bicarbonato, siendo más esponjosas. En algunas churrerías de Madrid debido a la gran afluencia de público existe la costumbre de compartir la mesa, y se piden, además de con chocolate, acompañados por café, coñac o anís.

Antiguamente, en Madrid los churros eran conocidos como ‘verbeneros’, debido a que se comían principalmente en verbenas y ferias ambulantes, y aún siguen siendo un elemento característico de estas fiestas populares. Sin embargo, esta tradición no se limita a festividades señaladas como la que acabamos de decir o el año nuevo, sino que es común en cualquier fecha del año, especialmente durante el invierno, acompañados de chocolate caliente para templar el cuerpo.

Si quieres saber dónde comer los mejores churros de Madrid no dudes en leer nuestro artículo ‘Los mejores chocolates con churros de Madrid en Año Nuevo’.