Corren los primeros años del 1800, cuando nace  Luis Candelas Cagigal en pleno barrio de Lavapiés. Un mozuelo que va creciendo con fama, labrándose la profesión de bandolero. Con chaquetilla azul turquesa, pantalón de Mahón y faja de Corinto, Candelas  se convierte en un personaje  célebre robando establecimientos y asaltando diligencias. Tras sus robos acude al Arco de Cuchilleros.

Uno de los lugares más típicos del antiguo Madrid, enclavado en  la herreriana Plaza Mayor –  donde se encuentran hoy en día “Las Cuevas de Luis Candelas” -, que en el siglo XIX era sitio concurrido por lo más castizo de la época y chicoleo de majas y chisperos. Es precisamente allí, bajo el Arco de Cuchilleros y en sus cuevas, donde Luis Candelas se escondía con su “cuadrilla” y preparaba sus golpes, porque disponían de muchas salidas al exterior que despistaban a sus perseguidores.

Tras su matrimonio con Manuela Sánchez en la Iglesia de San Cayetano, marcha a Zamora donde reside algún tiempo hasta que decide su vuelta a Madrid. En 1837 lo atrapan y hecha pública su sentencia, le condenan a muerte a garrote vil por cometer al menos 40 robos. Su ficha rezaba así: “ Luis Candelas Cagigal, de 28 años, casado, natural de Madrid, con domicilio en Cuchilleros, 1 , ladrón profesional, estatura regular, pelo negro, sin redecilla, ojos al pelo, boca grande y mandíbula prominente, bien formado y recio ”.

En la mañana del 6 de noviembre de 1837 cientos de madrileños se congregaron en la Plaza de la Cebada para presenciar cómo se ejecutaba a Luis Candelas (1806-1837), el bandido madrileño más famosos de la época. «He sido pecador como hombre, pero nunca se mancharon mis manos con sangre de mis semejantes. Adiós patria mía. Sé feliz». Estas fueron sus últimas palabras.

Más de 100 años después, en 1949, Félix Colomo Díaz reconocido torero de Madrid nacido en Navalcarnero, se enamora de las viejas cuevas bajo el Arco de Cuchilleros y las convierte en restaurante para que la historia del viejo Madrid perdure en el tiempo, cumpliendo así con la última voluntad de Candelas, al hacer feliz a todo comensal que visita su casa. Félix Colomo, conjugó el sueño de ser torero con el de fundar este restaurante, dedicándose en cuerpo y alma a sus queridas Cuevas.

Con más de medio siglo de historia “Las Cuevas de Luis Candelas”  sigue abriendo sus puertas día a día, conservando el estilo, el tipismo y la singularidad de aquella época, y guardando el secreto de la mejor gastronomía tradicional para deleite de todo aquel que se sienta en sus mesas.

Coplas de Rafael de León a Luis Candelas