Muchos son los rumores que envuelven a una de las cadenas de comida rápida más famosas del mundo, McDonald’s. Las leyendas urbanas en cuanto al tipo de carne utilizada en sus establecimientos o la elaboración de los productos son infinitos, desde la manipulación genética para lograr una mayor producción hasta el mito de la reutilización de las sobras de los clientes.

La cadena ha hecho grandes esfuerzos para desmentir estas acusaciones a base de campañas que mostraban un camino hacia una vida sana y una alimentación saludable. Promover el consumo de frutas y verduras en sus menús, mensajes a favor de una dieta beneficiosa para la salud, la inclusión de ensaladas entre sus opciones o el anunció de que dejarán de comprar pollos tratados con antibióticos, son algunas de las acciones que han puesto en marcha para atraer a los consumidores.

Sin embargo, las dudas siguen cerniéndose en torno a la comida de McDonald’s y los diferentes escándalos que envuelven a sus establecimientos crean una mancha difícil de borrar. Uno de los más sonados y curiosos ha sido el caso de una embarazada que asegura que su hamburguesa contenía marihuana.

Brittany Songer, su pareja Cory Long, y su hijo de 2 años acudieron a comer, como muchas veces hacían, a un McDonald’s en  de Ottumwa, Iowa. Pero esta vez fue diferente, ya que tal y como asegura Brittany, ese día su hamburguesa tenía un aspecto y un sabor diferente. Al primer bocado sintió un gusto poco familiar, en cambio no le dio mucha importancia debido a que en su estado se pueden alterar los sabores.

Sin embargo al abrir la hamburguesa apreció, según declaró «que el queso estaba cubierto de maleza». Inmediatamente decidió acudir a las autoridades para comentarles lo sucedido. Actualmente se sigue investigando el caso, pero la pareja sostiene que aquella sustancia encontrada era marihuana. Asimismo los agentes mantienen que aquel elemento fue colocado a de manera intencionada. Afortunadamente ni la madre ni el bebé sufrieron ningún daño.