No hay nada que moleste más al mayor común de los mortales, cuando se habla de degustaciones gastronómicas, que encontrarse masticando tierra. Ya sea dentro de un bocadillo del mejor jamón ibérico o como añadido dentro de nuestro refresco favorito.
Sin embargo, no es nada extraño ver a niños alimentándose alegremente con arena y “otras sustancias de dudoso valor nutricional” como la tiza, arcilla o yeso. Pero sorprendentemente los más pequeños de la casa no son los únicos que sientan está extraña atracción hacia materiales no comestibles, sino que es un patrón de comportamiento que se manifiesta también en adultos, sobre todo en mujeres y embarazadas y personas con discapacidad mental.
Si hasta el momento podía parecer una travesura o sencillamente una conducta un tanto extraña, lo cierto es que se trata de una enfermedad denominada pica, que afecta entre al 10% y al 32% de los niños de entre 1 y 6 años y que en la mayoría de los casos está relacionada con una falta de ciertos nutrientes, como el hierro y el zinc.
Así pues, esta insólita gastrorareza resulta que en la mayoría de los casos tiene tratamiento y se limita a solucionar la deficiencia de nutrientes.
Fotografía: yademasmama.wordpress.com