Alberto Fernández Prados estudió Publicidad y Relaciones Públicas en Madrid, pero el camino le fue guiando por otros derroteros hasta llevarle a una de sus grandes pasiones de la infancia, el teatro. Con una mezcla de suerte y duro trabajo consiguió que una sala confiara en su proyecto. Así es como nació «Selfie» una comedia llena de sabor, que contiene todos los ingredientes necesarios para hacer disfrutar al público.
Alberto, un amante de la gastronomía, la define como «una obra dulce, con un toque amargo y un buen chorro de licor». Humor, conflictos familiares, realidad y ficción se unen en la Sala AZarte de Madrid para dar lugar a este espectáculo en el que seguro que no falta uno de los ingredientes indispensables del director: » Pimentón».
Comenzaste estudiando publicidad y relaciones públicas, ¿cómo derivaste al mundo de la redacción y la cultura?
De una manera muy natural. Siempre digo que la vida va marcándote el camino sin darte cuenta. Siempre me gustó escribir y el teatro, así que supongo que era cuestión de tiempo que ambas aficiones se juntaran.
Después de años trabajando en torno a la cultura decides hacer tu propia obra teatral, ¿cómo surgió la idea?
Como te comentaba, desde niño me gusta escribir relatos, historias. Al ver tanto teatro, era un paso que me apetecía mucho dar. Finalmente me lancé y tuve la gran suerte de encontrar una sala que confió en el proyecto.
El mundo del teatro está cada vez más complicado, sobre todo ahora que estamos inmersos en una crisis económica, ¿cómo te has abierto un hueco en los escenarios?
Aún es pronto para saber si me he abierto un hueco. Me gustaría pensar que voy a continuar en esto, porque es lo que me hace vibrar. Creo que la crisis económica no es del todo culpable de la situación que vive el teatro. La culpa, pienso, es de una concatenación de dirigentes que aborrecen todo lo que hace pensar al pueblo. El único propósito que tienen es conseguir un rebaño de borregos a los que encandilar en tiempos de elecciones.
Ya es un clásico ver el cartel de “entradas agotadas”, ¿qué recibimiento habéis tenido del público?¿Qué es lo que aporta a los espectadores?
La acogida del público ha sido muy calurosa y nos ha pillado por sorpresa. Supongo que lo que aporta nuestra obra a los espectadores es la hora y veinte de risas y alguna emoción. La gente se lo pasa bien durante la función, eso es lo que funciona.
“Selfie” es una comedia que nos plantea problemas familiares, ¿tienen que ver algo los Selfies con las disputas familiares?
En este caso tienen que ver en cuanto a que la madre de esta familia tiene una relación con un chico que se dedica artísticamente a hacer estas “autofotos”.
“Selfie” está formada por un buen elenco de actores que ha tenido mucho que ver con el éxito del espectáculo, ¿llegasté tú a ellos o ellos a ti? ¿Cómo fue la selección del reparto?
Es curioso porque solo conocía a Amalia y a Laura. Los demás vinieron en cascada, uno nos recomendó a otro, y éste otro al último. La verdad es que ha sido un acierto absoluto.
Para escribir se necesita inspiración, ¿cuál es tu musa?
Lo que voy a decir es súper pedante, pero mi inspiración es la calle. Si estás un poco alerta, las vivencias de la gente de tu alrededor dan para cientos de obras, o al menos para el germen. La realidad supera la ficción con creces.
¿En otros ámbitos como la cocina también eres creativo o prefieres esperar sentado en la mesa?
¡Me encanta esta pregunta! La cocina me relaja muchísimo y me defiendo bastante bien. Una de las cosas que más me gustan en la vida es comer. Me gusta indagar, sobre todo haciendo platos de otras partes del mundo.
En Sabormadrid.es nos encanta el gusto, ¿a qué sabe “Selfie”?
«Selfie» es una historia como el chocolate puro. Es dulce, pero al final te deja ese poso a tierra. La historia de esta obra es un poco eso, mucha comedia pero con un conflicto familiar de cierta crudeza detrás que te devuelve a la realidad.
¿Si fuera un plato que plato dirías que es? ¿Por qué?
«Selfie» es como un buen tiramisú: entra bien, es dulce pero tiene ese pellizquito amargo del café, y por supuesto, un buen chorro de licor. Esto último lo entenderá la gente que ya la haya visto (entre risas).
¿Qué ingrediente no puede faltar nunca en una obra teatral? ¿Cuál es el ingrediente indispensable en tus comidas?
En una buena obra de teatro no puede faltar ritmo, un buen punto de giro y el talento de los protagonistas. El ingrediente indispensable de mis comidas es el pimentón de la Vera, no se le puede echar a todo, pero yo lo utilizo en casi todos mis platos.
Ahora todo el mundo se hace Selfies a cada paso, ¿en qué restaurante te harías un Selfie?
Me gustan mucho «Camoatí», «La Musa» y «María Bonita». En cualquiera de ellos me haría un Selfie.
Y para terminar, después de estas preguntas tan culinarias, nos gustaría saber, ¿cómo te defines?
Como diría Chavela Vargas, y siguiendo con esto de los sabores: «Yo soy como el chile verde, picante pero sabroso».