La conservera Potorro juega con el doble sentido de la palabra y no deja a nadie indiferente. La marca pretende ser un homenaje a la gastronomía y a algo tan tradicional como es un salero, objeto que nunca ha faltado en las cocinas españolas. De hecho, los creadores de la marca aseguran que según la RAE el potorro nada más que es «el utensilio en el que se sirve la sal».

Sus conservas son productos artesanales elaborados en España con ingredientes naturales y mucho humor. Los tarros, de aproximadamente 300 gramos cada uno, se venden a través de su web con precios que oscilan entre los 4 y los 7 euros.

La empresa, que ha bautizado sus productos con un nombre para ser recordado, asegura que si se prueban por su gracia, repetirán por su calidad. Venden mermeladas de naranja, melocotón y fresa, sal virgen de manantial, alcachofitas fritas y habitas baby. Pero tienen pensado ir más allá, y ya están pensando en lanzar a medio plazo nuevos productos como altramuces, también conocidos como “chochos” y conejo escabechado.

“Saborea un buen Potorro” o “siente el sabor de un buen Potorro en tu boca” son algunas de las publicaciones más sonadas de su cuenta de twitter, que ya cuenta con más de 1.800 seguidores. Sus followers alaban la originalidad de la marca en un mundo en el que todo, o casi todo, está inventado.

En cuanto a la ocurrencia del nombre, fue durante las pasadas navidades cuando en una reunión para buscar un regalo navideño original a clientes y amigos pensaron en una marca llamativa, impactante y difícil de olvidar. En un intenso debate sobre marcas gourmet que la gente recuerde, alguien sugirió este controvertido nombre, y tras las gestiones oportunas, nació Potorro.

A pesar de que por el momento únicamente venden online, su intención es que próximamente se puedan adquirir en tiendas físicas de Madrid, Galicia, Cataluña y Euskadi.