Inquieto por naturaleza y con una gran capacidad para reinventarse pasó de emprender en el sector de la construcción al mundo de la hostelería. No contento con un restaurante “convencional” decidió probar suerte con un “food truck” y a día de hoy, se atreve incluso a franquiciar su negocio.

Su clave del éxito, sin duda, vencer ese eterno miedo al fracaso que todo emprendedor sufre, armarse de valentía y, como él mismo dice, “agudizar el ingenio”.

Hoy tenemos el placer de entrevistar a Roberto de la Cuerda, fundador y propietario de El Kiosko, que siendo uno de los pioneros en traer la moda del street food sobre ruedas a Madrid, hoy nos cuenta cómo es eso de emprender en “un modelo de negocio complejo y difícil de escalar”.

¿Qué es lo que te llevó a emprender en un negocio como el food truck?

Fue un impulso, una intuición: había visto food trucks en otros países, como EEUU, donde forman parte del paisaje urbano desde hace muchos años y me dije ¿y por qué no en España? Nuestro país es ideal para la street food: tenemos un buen clima, una buena cocina y una cultura ‘street’ natural. Y, sin embargo, cuando en 2012 encargamos nuestro primer camión, la única ‘cocina callejera’ que se conocía era la de los puestos ambulantes (muy chabacana). Fuimos muy valientes e inconscientes, pero no nos arrepentimos.

¿En qué se diferencia comenzar en un negocio como un restaurante y un foodtruck?

Creo que la street food es un medio de vida, no un negocio. Es rentable, es verdad, pero el modelo de negocio es muy complejo y resulta muy difícil de escalar. Hay muchos gastos (grúa para trasladar el food truck, materia prima, personal, tarifas marcadas por los operadores de eventos -que a veces también se llevan un porcentaje de la facturación-) y los riesgos son altos (eventos que no funcionan, períodos con poca actividad, etc.). Nuestros food trucks son para nosotros, sobre todo, una forma de llevar la marca El Kisoko a todos los rincones de España y una oportunidad para innovar y, cómo no, pasárnoslo muy bien.

¿De dónde te viene el gen de emprendedor?

Siempre he sido una persona muy inquieta: tengo muchas ideas y disfruto haciéndolas realidad cuando puedo. Antes de entrar en el mundo de la restauración tuve varias empresas de construcción. Después, cuando explotó la crisis, tuve que reinventarme y abrí El KIOSKO. No fue un proceso traumático, ni mucho menos: siempre había querido tener mi propio restaurante y la crisis me dio la excusa que necesitaba. No me arrepiento.

¿Qué miedos surgen a la hora de emprender?

El miedo por antonomasia es el miedo al fracaso. Siempre está ahí, pero hay que saber vivir con él. Ningún negocio me ha ido mal y creo que, en parte, es porque he aprendido a gestionar ese miedo y porque me encanta lo que hago. Si las cosas se hacen con ilusión y bien no tienen porqué ir mal.

¿Qué has aprendido creando y desarrollando El Kiosko? ¿Qué consejos darías a los emprendedores?

En primer lugar, y como decía antes, les diría que no se dejen paralizar por el miedo y que se enfoquen en cuidar su trabajo y ponerle ilusión. Otra cualidad importante es la constancia. Puedes ser brillante, pero que hayas metido muchos goles un año no significa que el siguiente vaya a ser igual: al final, el que triunfa y el que persiste es el constante. Además, como consejo práctico, les recomendaría hacer una buena inversión inicial: cuando montamos El Kiosko, por ejemplo, muchas personas me dijeron que me estaba gastando demasiado en el interiorismo. Hoy, ese es uno de sus valores añadidos principales.

Con un buen equipo se pueden conseguir grandes cosas, ¿cómo es el equipo que forma
esté sabroso negocio?

El equipo es fundamental para El Kiosko. Hay personas que están con nosotros casi desde el principio, y para mí son como de la familia: no soy su jefe, soy su amigo. Eso no significa que no sea exigente: intento hacerles ver que, si yo gano, ellos ganan, me gusta que vean EL KIOSKO como propio y que lo cuiden tanto como yo mismo dando siempre lo mejor.

España no está pasando por sus mejores momentos económicos ¿cómo creéis que
afecta esta situación al emprendimiento en este tipo de sector?

Desde luego, no es tan fácil como hace 15 años, pero emprender en hostelería es posible. Hay que ser valiente y agudizar el ingenio (creo que la crisis nos ha vuelto más creativos) y, lo más importante, ser honestos con el cliente y darle siempre lo mejor.

¿Qué aceptación está teniendo el Kiosko sobre ruedas teniendo entre el público?

Una aceptación estupenda. Siempre hay colas delante de nuestros food trucks y es algo que nos enorgullece y que nos hace muy felices.

¿En qué se diferencia tu negocio del resto?

Creo que nuestra propuesta es muy coherente y eso la gente lo ve y lo aprecia. Ofrecemos una oferta de picoteo sencilla y muy honesta, con productos muy cuidados y platos ricos, a precios asequibles. Todo en un ambiente informal, pero cuidado hasta el mínimo detalle, diseñado para regalar a nuestros clientes un muy buen rato, que es de lo que se trata.

Por último, vista la experiencia, ¿te atreverías con otro proyecto similar? ¿Cuáles son las perspectivas de futuro de El Kiosko?

Tengo muchas ideas en mente para El Kiosko. Desde hace un tiempo estamos franquiciando la marca: ya hemos abierto un local en Heron City y estamos a punto de abrir otro (en un chalet precioso) en Pozuelo. Todo indica que, a corto plazo, abriremos algún local más (son muchos los interesados). Este año se va a hablar mucho de El Kiosko, ya lo veréis 😉