La última edición de los World Travel Awards tuvo a Huesca como protagonista, ya que la joya turística de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), Huesca La Magia, fue galardonada como Mejor destino de turismo de aventura de Europa. Los más aventureros están de suerte y es que además de su naturaleza, Huesca guarda rincones desconocidos como  Ruesta, un singular pueblo fronterizo abandonado a causa de la inundación de la mayor parte de sus tierras.

A poco más de una hora de este pueblo, se encuentra el hotel Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel, el mejor alojamiento para disfrutar del patrimonio cultural aragonés que emana historia, arquitectura, aventura y gastronomía.

Un destino todavía desconocido

Situada en un entorno privilegiado, Ruesta es un pequeño pueblo fronterizo siguiendo el tramo aragonés, que quedó abandonado en la década de los 60 debido a las inundaciones de sus tierras de cultivo. En él cabe destacar el castillo de Ruesta; restos de una antigua fortaleza musulmana, desde donde se puede divisar la afluencia de los ríos Aragón y Regal.

A día de hoy este pueblo ha comenzado a renacer, gracias a las obras de restauración que se están llevando a cabo desde 2017 para recuperar el trazo del Camino de Santiago Francés. De hecho, estas intervenciones han sido calificadas con el Premio Hispania Nostra 2021, y elegidas entre las obras finalistas de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo 2023.

Un viaje cultural con vistas al Pirineo Aragonés

Entre toda su riqueza cultural, el municipio de Canfranc cuenta también con un impresionante patrimonio histórico y arquitectónico. Su principal atracción es la estación internacional de trenes, una joya arquitectónica del siglo XIX que llegó a ser una de las estaciones más grandes y lujosas de Europa. Desde 2023 es posible hospedarse en ella, ya que se ha reconvertido en un hotel 5*GL, Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel.

Quienes decidan alojarse en este hotel 5* GL tendrán la sensación de revivir la época dorada del ferrocarril de principios del siglo XX, fruto de un minucioso proceso de rehabilitación de esta antigua estación. Es el caso del lobby, uno de los espacios más singulares de este hotel de lujo, que ha recuperado parte del suelo original y ha mantenido las antiguas escaleras de acceso a la estación.

Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel cuenta con 104 habitaciones de distintas tipologías distribuidas en dos plantas, todas con vistas al Pirineo Aragonés. En las habitaciones, la sensación es de confort y dinamismo a través de distintos elementos y materiales, por ejemplo, los cabeceros de terciopelo en estampado gráfico que recuerdan a los tapizados de los asientos de los vagones de los años 20.

La biblioteca es también una de las estancias más especiales del hotel, ya que recuerda a los cafés de tertulia parisinos, espacios donde permanecer horas conversando o leyendo. Es, además, un espacio totalmente permeable y abierto al exterior, con luz natural y vistas al paisaje, lo que favorece todavía más esa sensación acogedora.