Lo que hace tres siglos comenzó siendo una aldea poblada de fondas y pequeñas cantinas se ha convertido en una amplia zona cuyo ajetreado ritmo lo marcan los oficinistas que cada día acuden a ministerios y embajadas. Se trata del barrio de Nueva España, un triángulo formado por la avenida de Pío XII, Costa Rica y la M-30, perteneciente al distrito de Chamartín, que busca responder a las demandas gastronómicas de un público cada vez más numeroso y apunta maneras como destino ‘foodie’. A la cabeza de esta tendencia se sitúa Popa, restaurante ubicado en los bajos del edificio Proa, que con sus espaciosos comedores y una propuesta gastronómica diversa y de calidad homenajea a una zona dedicada a la reunión social desde hace más de 300 años.

El proyecto fue puesto en marcha por el empresario Alejandro Carbó (cuarta generación de una familia de hosteleros, con experiencia en cadenas de cinco estrellas de Chicago y España como por ejemplo Four Seasons o InterContinental), cuya pasión por la navegación dio lugar al leitmotiv del restaurante, tanto en la estética como en el contenido: su cocina recorre la costa mediterránea y hace escala en Asia para apropiarse de las mejores salsas, aderezos y elaboraciones del continente. Ahora, en plena temporada viajera, estrena novedades con una carta contemporánea, pensada para compartir al centro de la mesa y diseñada para traer al barrio los conceptos gastronómicos que triunfan en la capital.

FONDEO EN EL MEDITERRÁNEO

Con la vista puesta en la sencillez de nuestras costas y en el exotismo asiático, la carta plantea un itinerario a través de una veintena de platos entre los que destacan la ensaladilla rusa thai (que sustituye el atún por langostinos e incorpora sambal, un condimento picante muy empleado en el sudeste asiático que se elabora a partir de una variedad de pimientos y chiles), las croquetas de carabinero y de sepia en su tinta, ambas muy cremosas y potentes de sabor, y la coca de sardina ahumada, tomate seco y virutas de queso Mahón-Menorca.

También en esta línea se encuentran los dim sum en dos elaboraciones: fritos (con queso Idiazábal y tapenade) y al vapor (aderezados con una clásica salsa americana); un refrescante carpaccio de gamba roja con vinagreta de cítricos y queso parmesano; dos formatos de baos (de confit de pato con puerro y pepino y de papada ibérica) y unas vieiras a la plancha con salsa ponzu. Por último, como opciones más contundentes, se ofrecen un bienmesabe en tempura con chips de patata morada, ‘fish & chips’ en su punto justo de fritura, acompañados de salsa tártara, y una muy recomendable costilla ibérica cocinada a baja temperatura con salsa barbacoa coreana casera. Todos los platos llevan la firma del joven cocinero de origen asturiano Alberto Suances, formado en los fogones de El Cenador de Salvador, a las órdenes de Salvador Gallego, de NoDo y Pandelujo junto a Alberto Chicote y del restaurante homónimo de Víctor Enrich en La Moraleja.

La oferta de Popa se completa con una equilibrada carta de vinos para la que se han buscado referencias que representan toda la tipicidad de cada denominación de origen y que recorre casi todas las regiones vitivinícolas españolas, así como cuatro internacionales (D.O.C.G. Barolo, Mendoza-Argentina, A.O.C. Alsace y A.O.C. Borgoña-Chablis).


UN AMBIENTE DE MAR EN LA CAPITAL

En la entrada, Popa ofrece una animada barra y un par de mesas con taburetes en los que desayunar, tomar unos vinos o hacer un picoteo informal a cualquier hora del día. El comedor, dividido en dos salas, está decorado con guiños a la decoración interior de los yates: revestimientos de madera clara, asientos sencillos, espejos que simulan ojos de buey y, sobre todo, muchísima luz, que se recibe por las amplias cristaleras que rodean la sala. Al fondo cuenta además con una coqueta y tranquila terraza triangular donde corre la brisa, transportando al comensal a la mismísima cubierta de un barco de recreo. Con todo, el restaurante ya se ha consolidado como una dirección de visita obligada entre el público de Chamartín y pone rumbo a nuevos destinos, dispuesto a conquistarlos.

Dirección: Santa María Magdalena, 14 (edificio Proa). Madrid

Teléfono: 91 345 98 31

Horarios: De lunes a miércoles, de 8:00 a 16:00 h. Jueves y viernes, de 8:00 a 24:00 h. Sábados, de 12:00 a 16:30 h y de 20:00 a 24:00 h. Domingos, de 12:00 a 18:00 h.

Precio medio: 35 € por persona

Precio menú del día: 15 €

Página web: www.restaurantepopa.com