Un restaurante en pleno barrio de Salamanca que se abastece a base de pequeños huertos locales y de los productos de la granja ecológica ¿de qué se trata? La guerra abierta contra la denominada fastfood cuenta desde este mes con otra nueva zona de batalla en la calle Lagasca.
De su carta en la que podemos elegir entre las clásicas totas y ensaladas, las llamadas “rústicas” masa de pan horneada y acompañada, productos del huerto, de la dehesa y del mar. Destacan entre sus entrantes los quesos de leche cruda y se hace casi obligatorio probar alguna de esas rústicas. Para continuar se puede elegir entre la solomillo de Morucha y jalapeño, el pulpo a la parrilla o el Pica-Pau del Douro. Además, entre sus dulces bocados sobresalen el helado de Violeta y la tarta de queso con maracuyá y miel
