Una mezcla entre el siglo XXI, la época medieval y el placer de disfrutar de unas fiestas.

En ese contraste no deja de ser divertido ver cómo te venden un “kebab medieval” mientras un coro rociero pone el ritmo de fondo, o como se conjuga casi a la perfección los vasos de plástico con una brasearía al más puro estilo Edad Media: se trata del mercadillo medieval de Majadahonda.

No sabemos si los hombres de la Antigüedad disfrutaban también de “platos típicos” como éste, pero lo cierto es que los majariegos estaban ayer pasándolo en grande celebrando sus fiestas patronales.

Entre demás puestos artesanales dedicados a abalorios, jabones, prendas etc., Sabormadrid disfrutó de lo que más nos gusta: comer. En ese sentido, este es el lugar perfecto para ir a “tomar algo” y salir rondando.

Comenzando por el aperitivo, uno se encuentra charcutería casi de todo tipo: salchichas, chorizos, lomo y salchichón. Los puestos dedicados a los quesos tampoco escasean.

Pero la variedad de productos tradicionales no se queda ahí, desde carnes a la brasa y patatas fritas o asadas para llenar bien el estomago, especias y tés hasta los puestos más dulces con tartas y bollos artesanos, galletas y chucherías… ¡incluso encontramos gominolas con sabor a gin-tonic!

Entre los tenderos y visitantes, y algún que otro experto en el arte de intentar regatear, corría el buen humor y las ganas de disfrutar de un evento que desde hace años es un indispensable en estas fiestas y que solo estará abierto hasta el 21 de septiembre.

Si bien desde hace tiempo este tipo de mercados ha sufrido un gran auge, el de Majadahonda es uno de los más antiguos y además, da la posibilidad de disfrutar no solo de los productos artesanales, sino del ambiente de unas fiestas que son bien conocidas en la sierra madrileña.