Carles Abellán ha sido capaz de convertir los conceptos más imaginativos de El Bulli donde se inició y formó, en propuestas asequibles y lúdicas. El chef catalán fue  galardonado en 2007 con una estrella Michelin por su restaurante Comerç 24. Actualmente Abellán lidera varios restaurantes, cada uno con su propio carácter, resultado de una cuidada combinación entre gastronomía, estética y servicio.

Con tan solo 21 años empezó a verlo claro. Después de la mili, sin saber qué hacer, se apuntó a la Escuela de Hostelería de Barcelona, que acababa de abrir. Allí Coincidió con Sergi Arola, José Andrés, Morros, Gatell, Marqués… Y no fue hasta su paso por Els Pescadors  cuando, de prácticas, aburrido de hacer cafés en la barra, entró en cocina y decidió que ese era su sitio.

Más tarde se apuntó a un grupo de cocineros con ideas muy vanguardistas, ‘Joves Cuiners’, entre los que estaba Ferran Adrià, y le pidió visitar El Bulli. En Semana Santa de 1987 ya estaba en Cala Montjoi.

Abellán empezó a dar clases de cocina hasta que Ferran y Juli Soler le ofrecieron el puesto de jefe de cocina y más tarde el de director de su nuevo restaurante en Barcelona, el Talaia Mar, donde desarrollaron la cocina de El Bulli en formato de tapas de autor y su famosa tortilla de patata deconstruida. El catalán aprendió lo que era la gestión hostelera y convirtió el Talaia en un restaurante de culto.

Tras un tiempo al mando, comenzó el gran reto que le propuso Adrià, diseñar con él toda la gastronomía del hotel Hacienda Benazuza que acababa de adquirir El Bulli en Sevilla. Durante dos años hicieron desayunos únicos y un restaurante donde se podían comer los platos míticos de El Bulli, hasta que en 2001 finalmente abrió Comerç 24 , su primer proyecto.

Su concepto de tapas creativas en el marco de un restaurante con un aspecto contemporáneo y neoyorkino triunfó tanto que en 2007 fue galardonado con la ansiada estrella Michelin. Tras Comerç 24 llegó el turno de Tapas 24, restaurante con tapas tradicionales con el mismo espíritu que el anterior, que también obtuvo un éxito inmediato.

En 2009, dentro del Hotel W Barcelona, en un marco privilegiado por encima de la playa y observando la ciudad desde el mar nació BRAVO, tercer restaurante del chef, que se define como ‘Cocina de Barcelona’. Se trata de cocina de producto, esencia, origen… desnudar los platos. La brasa contemporánea para expresar la autenticidad del producto.

Llegó el turno de Suculent, que ofrece platos sencillos, suculentos, espacio mimetizado con el barrio de El Raval, en Barcelona, y Luz de Gas Bar, una aventura en junto a Fede Sardà con un concepto muy informal: música, copas y comida.

Sus últimos logros han sido la Taverna del Suculent, la Guingueta de la Barceloneta, Tapas 24 Montreal, Yango Urban Food y ENA by Carles Abellán.

Creativo, audaz, generoso, ubicuo, minucioso, lúdico, exitoso… Carles se caracteriza por su preocupación tanto por la creación culinaria pura como por la reinvención de conceptos olvidados y por el desarrollo de negocios posibilistas.