Se aproximan fechas entrañables. Reuniones familiares, recuentros y, con la excusa, grandes atracones. En la época de navidades los excesos son vistos de otro modo y lógicamente tendemos a “consentirnos más”. Sin embargo hemos de tener cuidado. Se calcula que durante estas fechas tan señaladas se consume hasta un 25% más de alcohol de media en Europa.
Su consumo moderado no tiene por qué ser negativo. Eso sí, debemos tener cuidado y prestar atención a las consecuencias que puede acarrear el hecho de excedernos.
No sólo se trata de pedir perdón a tu pareja por el arranque de sinceridad con respecto a su familia,o dar explicaciones a tu jefe sobre las bromas pesadas de anoche, sino que además hay que tener en cuenta los problemas de salud asociados a la ingesta de bebidas “espirituosas” .
En el índice de complicaciones encontramos de todo, desde gastritis, indigestión, úlcera estomacal e impotencia sexual hasta problemas nutricionales. Primeramente, la ingesta frecuente de alcohol reduce la sensación de hambre y dificulta la absorción de proteínas y vitaminas importantes como la B, E, A, K y C. Por otro lado, este tipo de bebidas tiene un alto índice calórico, aumentando proporcionalmente a la graduación del licor. No hay que olvidar que el alcohol es una bebida particularmente energética, y eso repercute negativamente a la hora de mantener la línea.
El alcohol, una bebida con un alto contenido energético
El etanol (alcohol que ingerimos) aporta 7 kcal por gramo de alcohol ingerido. Si comparamos esta cifra con el aporte de hidratos de carbono y proteínas ingiriendo la misma cantidad, podemos llegar a sorprendernos al percatarnos de que es un poco más de la mitad, unas 4 kcal/g.
Asimismo, es interesante saber que cuando se ingieren este tipo de bebidas el organismo ralentiza considerablemente la velocidad a la que quema las grasas. Por este motivo no solo dejamos de oxidar las grasas e hidratos de carbono, sino que se produce el almacenamiento de éstos.
Siempre que se pueda elegir bebidas sin alcohol, es preferible que nos decantemos por ellas, pero en caso de no tener otra opción, siempre es preferible elegir bebidas como la sidra, el champagne o cava y en caso de tomar vino, mejor que sea tinto.
Tabla de calorias contenidas en bebidas alcoholicas (por cada 100 ml)
- Sidra 42 Kcal
- Cerveza 45 Kcal (Por cada botella de 330 ml o tercios de 140 a 200 kcal )
- Champagne o cava 65 Kcal
- Vino tinto 65 Kcal
- Vino rosado 74 Kcal
- Vino blanco 85 Kcal
- Vodka 121 Kcal
- Coñac 243 Kcal
- Ginebra 240 Kcal
- Ron 244 Kcal
- Whisky 244 Kcal
Si además sumamos las calorías de los refrescos y zumos, son una auténtica bomba de relojería. El primer paso para evitar ganar esos 2 o 3 kilos de media que suelen dejar estas fechas, lo primero es saber que hay que disfrutar de todo pero con moderación.