El otoño nos devuelve a las obligaciones diarias y nos ayuda a ordenar de nuevo nuestra vida tras la locura veraniega. Establecemos horarios, nos marcamos metas y debemos afrontar un nuevo curso con energías renovadas. Aprovecha las propiedades de los alimentos de temporada para calentar los días que se avecinan.

La dieta mediterránea es probablemente una excelente compañera en la alimentación otoñal.

Para obtener las vitaminas necesarias los frutos de temporada son la solución. Aquellos de color amarillo como la calabaza, que cocida en menestra suministra una gran cantidad de vitamina A. Verdes como la endibia o ensaladas de otoño. Y los tomates que todavía siguen siendo ricos y sabrosos.

Otra pieza fundamental de la alimentación preventiva de otoño es la fruta que la naturaleza nos brinda en el momento adecuado, la naranja tu mejor aliada. Naranjas, mandarinas y pomelos son las mejores fuentes de vitamina C, de amplia y conocidas propiedades medicinales como antigripales, tranquilizantes y estomacales.
Platos para tomar en caliente y evitar el frio que entra en esta estación son las legumbres, propicias en esta estación.

Legumbres, setas, calabazas, borrajas, manzanas, membrillos… son alimentos de otoño. No renuncies a ninguno de ellos. Recuerda que una buena nutrición, basada en una alimentación sana y variada, refuerza el sistema inmunológico y protege por tanto de contraer enfermedades.
Con una alimentación de este tipo, conseguiremos beneficiarnos de todos los elementos indispensables para preparar el organismo a la llegada del invierno.