Cada vez el concepto antiedad o antienvejecimiento está más extendido.  Aunque en mayor medida, está presente en los productos estéticos, la nutrición no queda a parte de esta tendencia.

Pero, ¿en qué consiste eso de la nutrición anti-aging? Ciertamente, no existe ningún producto homeopático o natural, fármaco  o alimento con propiedades maravillosas, pero si es cierto que este concepto que puede resultar “publicitario” lo que realmente defiende es una alimentación sana destinada a prevenir enfermedades y a evitar los efectos de las toxinas que acumulamos en nuestras células.

De hecho, según la OMS “la ingesta insuficiente de frutas y verduras es uno de los 10 factores de riesgo principales que contribuyen a la mortalidad atribuible”. De hecho un consumo suficiente de estos alimentos podría “salvar hasta 1,7 millones de vidas” y “prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres”.
Por eso, os acercamos una serie de pautas que se indican para seguir una “alimentación antienvejecimiento” y que aunque parecen muy sencillas y simples mejoran de forma significativa nuestra salud.
Aumentar el consumo de frutas y verduras ya que, sacian el apetito, aportan fibra, son bajos en calorías y conforman grandes fuentes de vitaminas y antioxidantes.
Igualmente,  es recomendable ingerir la proporción adecuada de hidratos de carbono, grasas y proteínas. En este punto especialmente el pescado proporciona proteínas de calidad y aporta ácidos grasos omega 3 y lípidos más saludables que el de otros alimentos ricos en proteínas, como las carnes.
El realizar 5 o 6 comidas al día, permite comer en menor cantidad pero más a menudo, ayudando a controlar el apetito, disminuir la ansiedad e ingerir los alimentos y nutrientes necesarios en cada momento.
Por último, beber abundante agua mejora la digestión, regula la temperatura corporal, beneficia al cerebro y aporta energía.