El ritmo y nivel de vida de los jóvenes madrileños cambia cada día más. Son muchos los que al ganar independencia con la edad también la ganan en la alimentación y la educación es fundamental para ayudar a los jóvenes madrileños a cuidarse por dentro con una alimentación sana que evite problemas de salud en un presente y un futuro.

Publicidad, precio, marketing y oferta al alcance de la mano de gran cantidad de alimentos produce en los jóvenes un descuido a la hora de alimentarse. El culto al cuerpo y los cánones de belleza actuales provocan también desarreglos que el cuerpo nota por dentro aunque no se manifiesten en el exterior.

Los jóvenes madrieños abusan de los refrescos azucarados, galletas o bollería industrial, de la comida rápida y de los snacks y gominolas, a esta edad el aporte de calorías es muy alto y la energía acumulada innecesaria lo que provoca acumulación de grasas en el cuerpo y en algunos casos adicciones producidas por los azúcares y otros ingredientes artificiales de los alimentos.

El exceso del culto al cuerpo lleva a muchos jóvenes  al abuso del consumo de proteínas o a una ingesta baja de nutrientes que desembocan a una excesiva delgadez o falta de vitaminas en el cuerpo que pueden afectar a su rendimiento académico y a su salud.

Lo más recomendable como es habitual es no comer alimentos de alto contenido calórico como snacks, hamburguesas o pizzas y mucho menos por la noche, evitar el consumo de alcohol y optar por el agua como la bebida principal del día a día.

Os dejamos algunos consejos para una alimentación correcta redactados por la Comunidad de Madrid.

  • Come alimentos variados a lo largo del día
  • Comienza todos los días con un desayuno completo con frutas, cereales y lácteos
  • Reparte lo que comas en 4 ó 5 comidas durante el día
  • Bebe al día de 1,5 a 2 l. de agua. Cuidado con el alcohol que no alimenta y además engorda
  • Come pescados, legumbres, huevos y carnes magras. Disminuye los fritos, rebozados y alimentos grasos
  • Aumenta el consumo de frutas y verduras. Tomarás vitaminas, minerales y muy pocas calorías
  • Disminuye el consumo de grasas animales, dulces, bollería, bebidas azucaradas y sal
  • No piques entre horas. Ten a mano frutas u hortalizas para cuando tengas hambre
  • ¡Muévete! Haz ejercicio a diario ¡Te sentirás mejor!
  • Recupera la dieta mediterránea. Cambia tus hábitos y comparte el cambio con tu familia y amigos