Deliciosos bocadillos y una variada selección de platos para compartir en un ambiente moderno e íntimo son la combinación perfecta para que Garbel, el nuevo restaurante de Chueca, se haya proclamado parada obligatoria recuperando la esencia de una taberna madrileña pero en una versión más moderna.

En el año 1940 un joven Belarmino García (de ahí el nombre del local, por la unión de las tres primeras letras de su nombre y apellido) adquirió una taberna madrileña con la idea de ofrecer la típica gastronomía local hasta que en el año 2000 decidió cerrar el restaurante. Ahora, en 2016, su nieta Carmen García Serrano ha abierto de nuevo sus puertas respetando su nombre y concepto, pero actualizando su estética y ofertaa los gustos de los clientes de hoy en día.

Su carta, breve pero bien estructurada, está pensada para compartir, comer de manera informal pero sin renunciar al buen producto. Garbel cuenta con una selección de bocadillos elaborados al momento con panes personalizados de 15 centímetros. Entre los principales destacan dos recetas originales, tallarines con repollo, judías, zanahoria, apio, calabacín y gambas y los rollitos Garbel, elaborados con pasta de rollo de primavera en versión mini, carne picada, verduras y salsa agridulce. Desde este mes, además, se sirven de lunes a viernes platos de cuchara cocinados a fuego lento.

Las tardes en Garbel son también momentos para disfrutar frente a jugosas meriendas que van variando, aunque triunfa el bizcocho de chocolate con nueces, el de manzana, la tarta red velvet y la de zanahoria. A estas propuestas se suman también una amplia carta de cafés Nespresso con recetas especiales como café a la menta; caramelo y frambuesa; bombón, petit dejeuner, ice vanila o cookies & cream.

Dirección: c/ Infantas, 28. (Chueca)

Teléfono: 91 601 52 66

Precio medio: 25€